viernes, 27 de mayo de 2011

Quiero que me quieras, si no es mucho pedir.

Quiero algo. Quizás te parezca demasiado difícil, quizás sea fácil. Pero quiero algo. Quiero que cada noche sueñes conmigo, con mi piel, con mis labios. Que para ti, sea un sufrimiento estar dos segundos sin mí. Que cuando no me veas, sientas que te falta el aire. Quiero que cada día a mi lado, sea para ti el mayor regalo de tu vida. Que me califiques como la única persona perfecta en este mundo. Que me mires con unos ojos, con los que solo me puedas mirar a mí. Quiero que cuando te llame, en tu móvil no veas simples números, sino corazones. Que desees rozar las palmas de mis manos, con las tuyas. Que le des gracias al mundo, por mi existencia. Quiero que seas capaz de todo, por mí. Que seas capaz de matar por ayudarme. Que me defiendas con uñas y dientes siempre. Quiero que para ti, sea la persona más maravillosa de este mundo, y que los demás, sobren. Que imagines un mundo en el que solo existimos tú y yo, y sueñes con vivir en él. Que cada noche te acuestes pensando en mí. Que con una mirada, pueda hacer que te de un vuelco en el corazón. Quiero que cada mañana te despiertes, echándome de menos, buscándome entre las sábanas. Que todas las canciones te recuerden a mí, y todos los días me envíes mensajes, con frases de ellas. Quiero...  Quiero que me quieras. Si no es mucho pedir.

martes, 24 de mayo de 2011

Olvídame.

Necesito que me ayudes en algo. Hace unos días que estoy mal, y necesito que me hagas un favor. No es muy grande, no puedes quejarte. Es simple. Verás, necesito que olvides. Sí, exacto; que olvides. Que olvides todo lo que llegué a sentir por ti. Olvida que te quise, que un día llegué a sufrir por tu ausencia. Olvida mi llanto de preocupación y desesperación. Olvida todos los besos que te di, a la luz de la luna. Olvida todas y cada una de aquellas palabras que llegaron a salir de mi boca. Olvida la soledad, la angustia, la tristeza, que cada mañana sentí. Olvida que algún día tuve ilusiones de amar. Olvida las esperanzas de ser feliz a tu lado. Olvida aquel "siempre" que desee. Olvida lo que llegó a ser el mayor regalo de mi vida. Olvida lo que llegué a ser por ti. Olvídalo. O mejor dicho, olvídame. Porque al fin y al cabo, estoy mejor sin ti.

domingo, 22 de mayo de 2011

Nunca te he olvidado, amor.

- Estoy mal...
+ ¿Por qué?
- Por ella.
+ ¿Qué ha pasado?
- Se ha acabado todo.
+ Tranquilo, seguro que se arreglará...
- No, no se arreglará nada. Ha llegado el fin, ya está.
+ Podrás ser feliz sin ella.
- ¿Cómo?
+ Enfrentándote a todo, sin miedo. Con la cabeza bien alta, y una gran sonrisa en la cara. Primero asegúrate, de que los recuerdos están borrados. De que todas las fotos, conversaciones, vídeos, canciones, etc; están totalmente borrados. Y no solo me refiero en el ordenador, o en el móvil, sino en tu mente, y en tu corazón. Asegúrate de que no rondan por tu interior, o por tu exterior. Luego, ya todo irá poco a poco. Puede que te cueste mucho olvidarla, conseguir sonreír sin ella. Pero algún día lo conseguirás. No sé si será cercano, o lejano; pero lo conseguirás. Aunque realmente, no prometo nada, ya que todo esto no me sirvió para nada, cuando era yo la que estaba en tu situación. Cuando era yo la que soñaba con sus besos, con poder rozar su piel sin miedo. Cuando era yo la que extrañaba todo lo relacionado con él.
- Por lo menos lo olvidaste...
+ No, nunca lo he echo.
- ¿Todavía sigues enamorada?
+ Desde el primer día que lo vi.
- Y ¿quién es él?
+ Ya, realmente, es inevitable ocultarlo... Y es que nunca te he olvidado, amor.

sábado, 21 de mayo de 2011

Lo que diariamente grita, tu pobre corazón.

Momentos de soledad. Momentos de tristeza. 
Sé que quieres correr. Hacer las maletas y huir. Desaparecer por un tiempo, y si es necesario; para siempre. Alejarte de todo lo que hoy te hace daño, lo que hoy te hace llorar; para mañana poder sonreír sin necesidad de fingir ante a los demás, simplemente, feliz. Sé que en estos momentos, solo deseas estar sola, olvidar todo. Acostarte en tu cama, encerrada en tu habitación, ponerte los cascos, de manera de que no puedas escuchar el exterior; y hundirte en tus pensamientos, en tus recuerdos. Para poder, por fin, escuchar de verdad. ¿La música? No. Sé que no quieres escuchar música, y aunque eso sea lo que entra por tus oídos, sé que no es lo que escuchas. Simplemente, para poder escuchar a tu corazón. Porque sí, tienes corazón. Un corazón que sufre, por esa confusión. Esa gran confusión, que ha echo de ti, el mayor desastre.
Simplemente escúchalo, saca fuerzas pequeña, algún día podrás saber que es lo que dice tu corazón, lo que diariamente grita, tu pobre corazón.

martes, 17 de mayo de 2011

El camino hacia la felicidad.

Basta con creer que una sonrisa es capaz de cambiarlo todo. Que una mirada, esconde secretos. Que la vida, es un regalo, que "El señor de la felicidad", nos ha dado a todos. Para que todos nos demos cuenta de que si no ha cambiado nada, es porque todavía no nos hemos enfrentado a los problemas con la frente bien alta, y la sonrisa por delante de todo. Que si no hemos encontrado los tesoros y maravillas que esconde este mundo, es porque no hemos buscado en la mirada de todos aquellos que nos rodean. Que si no hemos sido felices durante nuestra vida, ha sido porque no hemos querido, o simplemente, porque hemos desobedecido, desaprovechando este regalo, que realmente vale oro, y no nos hemos dado cuenta. Basta con confiar en las personas que nos rodean, ya sean amigos, compañeros, familiares, conocidos, o incluso, desconocidos; para darnos cuenta de que lo mejor de esta vida, no solo se encuentra en el amor, sino en el apoyo que todas estas personas, llegan a darnos durante nuestro camino.

Porque, en nuestro camino hacia la felicidad, sin darnos cuenta, estamos creando felicidad verdadera, incluso antes de llegar a nuestro destino. Y es así. No caminamos hacia una meta que se encuentra fija, en un lugar determinado. Ya que el final, solo lo pones tú.

Mándame un beso.

Mándame un beso. No lo quiero por e-mail, ni por carta. No lo quiero en un sobre, ni en un paquete. No lo quiero seco, ni mal mandado. Simplemente, mándame un beso, que vuele. Que, como una pequeña mariposa, haga surcos en el aire, creando corazones. Que revolotee por todo el exterior, preparándose para adentrarse en un nuevo mundo. Que sea ligero, pero a la vez, cargado de amor. Mándame un beso, de color rojo pasión. Que sepa dulce. Que sea despacio, y largo. Mándame un beso, que vuele, con un fin, con un destino, con una meta. Mis labios. Y que al posarse en ellos, se desvanezca, como si hubiera nacido, solo para mí. Como si su destino de la vida, fuera posarse levemente en mis labios, para allí, poder morir en paz. Mándame un beso, que vuele, y que sobretodo, haga volar.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Nuestra mente, nació distorsionada, porque nació para amar.

Muchas veces, nos rendimos antes de tiempo. Muchas veces, decimos "no", antes de saber si realmente podría haber sido "sí". Muchas veces, lloramos sin parar, incluso sin saber el por qué. Muchas veces, sonreímos, o dejamos de sonreír, sin motivo. Muchas veces, nos mentimos a nosotros mismos, y quedamos parados, sin hacer nada, mientras vemos que la oportunidad de nuestra vida huye, solo por el echo, de ese simple pensamiento que nos dice que nunca hubiera pasado nada. Muchas veces nos paramos a pensar en todo esto, en lo que ahora mismo yo pienso, pero en cambio, no llegamos a ninguna conclusión lógica. 
Pensamos, sin pensar. Actuamos, sin actuar. Luego nos arrepentimos, y realmente, sufrimos. Somos negativos, y si no ponemos de nuestra parte en el amor, nada irá bien, pues no es difícil ver la parte negativa de toda relación. Solo hay que respirar, convencer a nuestra mente de que solos podemos, y dejarnos llevar.
Estamos acostumbrados a tener todas las cosas ya echas, por eso, utilizamos las opiniones que la mente ha creado por sí sola, en vez de escuchar al corazón, y crearla por nosotros mismos. Y así, es como surgen los problemas, y los arrepentimientos.
Podríamos pensar que nuestra mente se ha distorsionado, poco a poco, con el paso del tiempo, por culpa del amor. En cambio, yo no lo veo así. Yo pienso, que nuestra mente, nació distorsionada, porque nació para amar.

domingo, 8 de mayo de 2011

Gracias, amiga.

- ¡Eh! ¿Por qué lloras?
+ Porque... él...
- ¿Qué pasó con él?
+ Él...
- Dime, por favor.
+ Me ha dejado.
- ¿Por qué?
+ No lo sé, me ha dejado; sin más. No lo entiendo. Me pone millones de escusas, ninguna válida. Dios, ya no sabía a donde ir. Acudo aquí, ni siquiera sabía si estarías. Estoy perdida en este mundo. Ya sé como se ve mi alrededor en blanco y negro, ¡si él era el que pintaba mi mundo de color! Ya no sirvo para nada. No pinto nada aquí, quiero desaparecer. ¡Quiero morir!
- ¡Eh! Tranquila... Estoy aquí para todo, ¿vale?
+ Sí, pero...
- Pero nada. Mira te diré algo.
+ Dime.
- En la vida, tenemos que aprender que nada es para siempre. Que todo lo que sube, baja. Que todo lo bueno, trae su parte mala. Que todo cuento, tiene su final. Y sobretodo, tenemos que ser consientes de eso; siempre. Sé que ahora estás perdida. Que no sabes a donde ir. Que te sientes pequeña, indefensa, y el mundo se te hace demasiado inmenso para ti. Sé que no es fácil sonreír. Ni que lo será en los siguientes días, semanas, meses, o incluso, años. Pero, ¿sabes qué? Que el mundo no acaba aquí pequeña. El mundo acaba de empezar. Verás, que poco a poco empezará a tener su color, pálido, pero su color. Verás que no te hará falta él, ni ningún chico para volver a sonreír. Verás...
+ Veré, que la única persona que me puede hacer reír, sabiendo que me hizo reír ayer, y me hará reír mañana; eres tú.

Y te enamoras, sin pensarlo; sin saber.

Llega un momento en tu vida, en el que crees saberlo todo. Un momento, en el que todas las personas de tu alrededor, crees conocerlas completamente, y crees saber como fueron, como son, y como llegarán a ser, incluso sin conocerlas. Un momento, en el que crees ver tu futuro en tus manos, y saber todo lo que sucederá. Un momento, en el que imaginas todo lo que viene de frente, hasta que sucede algo de imprevisto. Hasta que... Aparece él. Con su sonrisa, te hace olvidar todo lo que llegaste a pensar sobre los chicos. Con su mirada, te hace enloquecer, de tal manera, que crees haber olvidado incluso tu nombre. ¿Será magia? Te preguntas. Hasta que llegas a la conclusión de que no es magia; sino amor. Pasan los días, y empiezas a volver al presente, olvidando el pasado, y lo que creías saber de tu futuro; volviendo a nacer. Sin saber como será lo que te espera, te adentras en un nuevo mundo, que él mismo está creando para ti; dentro de su corazón.

lunes, 2 de mayo de 2011

"Adios, promesas rotas".

Hoy quisiera confesar algo. Algo que llevo guardando dentro mucho tiempo atrás. Algo, que solo yo sé. Y que solo una pequeña hoja guarda. Algo, una historia; él. 
Hoy estoy sentada, frente a una gran hoguera. En medio de la nada, y teniendo esta hoja arrancada de mala manera entre mis manos; en medio de todo.
Hoy, quisiera leer, una vez más estas pequeñas palabras, que un día, fueron grandes.
Querido diario:
Hoy estás espléndido, como cada mañana. Te daré las gracias por escucharme, una vez más. Hoy me siento generosa. Pienso que el mundo gira perfectamente. Que los niños juegan en el parque como deberían de jugar. Que todo está en su lugar, y yo en el mío. Diario, gracias por acompañarme, en este camino hacia la felicidad. En la que él me ayuda a conseguirlo. Él es lo mejor que me ha pasado en la vida, te lo prometo. Ayer, me juró amor eterno. Hoy seguro que nos veremos de nuevo. Y como cada día, me susurrará al oído millones de veces que me ama. ¡Dios, adoro cuando hace eso! Lo hace perfectamente, sus labios redactan a la perfección esas palabras, y su voz, no puede ser más perfecta. Él es perfecto, todo él es perfecto. Sé que no me fallará nunca. Diario, he aprendido, en un mes, a vivir en total felicidad junto a él. Y estoy segura de que si lo pierdo, nunca aprenderé a vivir sin él siquiera, imagínate olvidarle. Nunca nadie me ha echo sentir como él hace. Con esas palabras, con esos besos, con esos abrazos. Diario, sé que te vuelvo loco, pero es que sus abrazos, son los mejores abrazos que una persona puede sentir. Mucho mejor que los abrazos que te doy, cuando termino de hablarte de él. Son mágicos. Me hacen sentir especial. Realmente especial. Como él. Muy especial. ¿Sabes qué? Nunca me alejaré de él. Ya lo tenemos todo planeado. Nos casaremos, viviremos en Nueva York. Él se hará un famoso actor, y yo una famosa actriz. Haremos películas juntos. Nuestros hijos saldrán con dotes de famosos. Y seremos las personas más felices de todo el mundo entero. ¡Prometido! 
Bueno, voy a verle de nuevo, dice que tiene algo muy importante que decirme, será que me ama, como siempre. ¡Qué feliz me hace!
Adios diario.
Hoy, lloro. 
Hoy, no está.
Hoy, aprieto con fuerza esa pequeña hoja contra mi pecho, y la arrojo al fuego.
"Adios, palabras. Adios engaños, mentiras, ilusiones, esperanzas. Adios, promesas rotas".