sábado, 26 de noviembre de 2011

Todo quedó dicho.

Por un instante, el mundo se paró, y mi corazón dejó de latir. Pude notar como mi respiración ya no era la misma, y como mis lágrimas tenían un sabor más amargo. Las palabras parecían haber dejado de serlas, y en mi cabeza, los recuerdos se iban borrando, uno a uno. De pronto, la música ya no sonaba, ni podía escuchar los coches pasar. La vista se me cegó, y una oscuridad me llenó de pronto. Sentí la soledad más grande del mundo, y fue en ese momento, cuando supe, que había llegado la hora de decir adiós.

Es la vida.

Soy joven, y he vivido muchas experiencias para mi edad. He vivido muchas pérdidas, tanto de amistades realmente valiosas, como de amores que dejaron marca. He llorado muchas veces, algunas más merecidas que otras; y he sonreído muy poco. He vivido momentos maravillosos, junto a personas maravillosas. Y he vivido momentos horrorosos, junto a personas horrorosas. He querido volar, soñar, sonreír, morir, llorar, correr, gritar; en mi vida. He llegado a querer desaparecer de este mundo, por simples tonterías. Y he querido volver atrás millones de veces. He sentido que volaba en pocas circunstancias, pero he querido volar en muchísimas más. He luchado con todo mi corazón en algunos momentos; lo he dado todo, a cambio de nada. He sido la persona más estúpida de este mundo, y la más real. He soñado cosas que nunca imaginé. Y he vivido momentos que no cambiaría por nada de este maravilloso mundo. He sido fuerte y débil. He caminado hacia delante, y por cada paso que daba, retrocedía otros dos. He echo mucho daño, y me han echo mucho más. Admito que no soy la mejor persona del universo, pero tampoco soy la peor. Admito que no lo tengo todo, pero tampoco nada. Admito que he sido injusta en algunas circunstancias que no se merecían que lo fuera. Admito que he sido la persona más insoportable, antipática, imbécil, etc; que te puedes echar a la cara. Pero he querido, he querido a muchas personas. Y eso, al fin y al cabo, lo cambia todo.

¿Cómo explicarte tanto?

¿Cómo explicarte lo que eres para mí? ¿Cómo explicarte lo que me importan los días a tu lado? ¿Cómo explicarte lo que siento cuando estoy junto a ti? ¿Cómo explicarte lo insignificante que eres para el mundo, y lo grande que eres para mí? ¿Cómo explicarte lo que necesito tus besos? ¿Cómo explicarte todo lo que te echo de menos cuando te vas? ¿Cómo explicarte que recuerdo todos y cada uno de los días que hemos vivido juntos? ¿Cómo explicarte todo lo que te agradezco haber estado ahí, en los peores momentos y en los mejores? ¿Cómo explicarte las fuerzas que me das con un abrazo? ¿Cómo explicarte que una de tus palabras, equivalen a mil de cualquier otra persona? ¿Cómo explicarte lo que deseo tenerte siempre? ¿Cómo explicarte que te quiero, por encima de todo y a pesar de todo? ¿Cómo explicarte que me importas, como nadie en este mundo?

Sólo, con tu soledad.

Perder a una persona, es algo por lo que pasamos todos. Y tristemente, todos tenemos algo en común cuando nos pasa esto. Y es que te das cuenta de todo lo que te importa esa persona, después de haberla perdido. Cuando ves pasar los días, y sientes que la necesitas. Cuando ves que sonríe, y que no es contigo. Echas de menos todos esos momentos, y cuando ves a esa persona, cierras los ojos sin pensarlo, y empiezas a recordar. Normalmente, sin querer, tus ojos se llenan de lágrimas, y cuando te das cuenta, estás llorando frente a esa persona, con el corazón en un puño. Pero no tienes valor de decirle que lloras porque la extrañas. No tienes valor. Simplemente te das la vuelta, te secas las lágrimas y sigues caminando sólo. Tal y como te dejó; sólo, con tu soledad.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Quiero ser feliz.

Me gustaría ser como son los demás. No preocuparme por nada. Pasar de mi alrededor. Dejar de darle importancia a esas personas que no se lo merecen. Dejar de ser rara, diferente. Dejar de extrañar a quien fue mi mayor error. Dejar atrás todo... Quiero ser feliz.

Seguir sin ti.

Seguir adelante. Seguir mi camino. Seguir sonriendo. Seguir a mi manera. Seguir haciendo lo que me gusta hacer. Seguir siendo feliz. Seguir sin mirar atrás. Sólo seguir. Y no me interrumpas, porque quiero seguir sin ti.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Nunca me cansaré de quererte.

+ Te quiero.
- Todos los días me lo dices, ¿no te cansas?
+ No, no me canso de decírtelo; ni nunca me cansaré de quererte.

Lo necesito a él.


Si me preguntaras que necesito, quizás no supiera que contestarte. Porque podría decirte que necesito ser rica, pero al fin y al cabo, solo me haría feliz, ya que sé vivir sin ello. Podría decirte que necesito tener un cuerpo perfecto, pero no serviría de nada, pues mi corazón sería el mismo. Podría decirte que necesito volar, pero simplemente me gustaría hacerlo, ya que para algo tengo los pies. Podría decirte que necesito muchísimas cosas de este mundo, las cuales podrían ser completamente imposibles. Aunque quizás, pueda contestarte con total seguridad. Pues necesitar, necesitar... Lo necesito a él. 






Sin peros que valgan, simplemente, lo necesito a él.

Me he olvidado de quererte.

Me encontraba tranquila, pensando en mis cosas, y de pronto, te recordé. Quizás sea la primera vez que te recuerdo después de todo lo que ha pasado, pues nunca había dejado de pensarte, hasta ahora. Ahora mismo, pienso en lo que hemos vivido, y no me asusta el saber, que realmente la quieres a ella, que soy tu "pasado pisado". No entiendo lo que realmente me pasa. Pero sé que he de dejado de imaginar un futuro a tu lado, y de repente, me he olvidado de quererte.

No puedo hacer nada contra mi corazón.

- ¿Qué haces?
+ Hablar con él.
- Dijiste que lo habías olvidado...
+ Y lo he echo.
- ¡Mentira! Mira como eres con él...
+ Como solo puedo ser. Pues con él, el amor sale solo, no puedo hacer nada contra mi corazón.

Buscar... felicidad.

Desearía, en este mismo instante, partir a correr. Y correr, y no parar, hasta que el corazón me pidiera auxilio, y escuchara sus quejidos, sin respiración. Parar en seco, coger aire muy hondo, hasta reventar mis pulmones y gritar fuerte; muy fuerte. Tanto, como para quedarme sin voz años y años. Simplemente por probar, por descargar esta furia que me corroe. Simplemente por buscar tranquilidad en mis días, o, no sé; felicidad...


Aquí, y ahora.

¿Para qué volver atrás, y vivir de nuevo nuestra historia de amor; pudiendo crear aquí, y ahora, una nueva que borre el pasado, llene de felicidad nuestro presente, traiga promesas para el futuro?